Por qué pensar en mañana, si hoy aun no ha terminado... Últimamente cada segundo me resulta decisivo, elemental para el siguiente acto. Y odio esos momentos, odio el momento en el que tengo que pensar como actuar para no dar pasos en falso.
Es ahí cuando recuerdo aquel tiempo pasado... en el que todo era un vaivén de planes sin marcar... en el que no existe ni ley ni gravedad.
Entonces despiertas y... ¿realmente merece la pena?
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